El orden del viento en la tierra, como el orden del instinto en los linces, como el orden del agua en las rocas... Un orden que te haga feliz, un orden que no altere el alma vecina. Porque existe la submission cuando la libertad és eternamente amplia? Como siempre, las diosas són muy caprichosas, se guardan para ellas los dorados atardeceres de verano y las exquisitas sensaciones del momento despues del acto sexual. Pero jamas, jamas permitas que se adueñen de tu vida; y luxa para reconquistar lo que te han quitado, como? Pues simplemente volviendolo a repetir hasta saciar tu necessidad. El viento... és libre,

sigamosle.