miércoles, 20 de abril de 2011

Durante el amanecer el cielo era claro, sobre las siete el ambiente era perfecto; pero al llegar la noche la intensidad del agua y la oscuridad eran abrumantes. Dios, que innocentes son mis pensamientos, quizan nunca debí empezar, o no almenos por ese camino. La historia va de quando él te sostiene en brazos i sonriendo dice, "yo te acompaño". Vaya idiotez de palabras pienso ahora, no eran mas que el codigo que reaccionaba en mi cabeza para darle lo que él queria, darle mi ser. Ser el primero capaz de tocarme, capaz de disfrutar de mis labios, el primero en abrir a cuchillazos el inocente cuerpo que envolvia esta puta bestia fogosa en la que me he convertido.
Así sin mas abria sus brazos i me dejo caer, alzo su cabeza llamandome monstruo i delante de mi con pose de noble se marchó. Hijo de puta! Tu terminaste con el docil, blanco, dulçe e innocente niño.
judas.





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