sábado, 4 de junio de 2011


El puto ángel caído de las nubes grises sobre el claro. Se convierte en canibal al tocar la tierra y se entrega a los deseos carnales. Yo, me convierto en su victima, me araña la espalda y complace su hambre conmigo, me arranca las entrañas,y ante mi las devora deseperadamente. Me desvanezco y mis lagrimas finales intentan reemplazar superficialmente mi interior. Él coge una copa y la rellena con mi sangre, se la bebe a mi salud y sus retinas se tiñen de rojo intenso.
Yo, dios terrenal, devorado por las bestias tantas veces, me quito mis alas y se las colo sobre la espalda para que pueda volver a los cielos.
Yo desangrado, sin órganos ni sangre me meto dentro del mar tiñiéndolo de rojo.
Quizás otro rayo le vuelva a romper las alas, caiga a la tierra y pueda volver a servirle.





La próxima vez cómo carroña.

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